viernes, 22 noviembre 2024

Deoleo: Así intenta esquivar la desaparición la dueña de Koipe y Carbonell

A veces, lo mejor es hacer borrón y cuenta nueva. Una limpieza profunda de todo aquello que supone un lastre insalvable. Este dicho tan español, y tan popular, define muy bien la situación de Deoleo, la antigua SOS Cuétara, fabricante de marcas de aceite de oliva tan conocidas como Carbonell, Koipe y Hojiblanca. Marcas españolas centenarias y muy familiares. “En casa de toda la vida«, rezaba el eslogan televisivo de una de ellas. Tres años después de que su máximo accionista, el fondo de capital riesgo británico CVC, tomara el control, Deoleo está en causa de disolución. En la cuenta atrás de una fecha marcada en rojo en su calendario: el próximo 5 de junio. Ese día, la empresa celebrará en Madrid -en primera convocatoria- su Junta General Ordinaria de Accionistas convocada el 25 de abril.

Sobre la mesa, una operación pendiente de aprobación: la reducción de capital de 323 millones de euros con la que Deoleo espera restablecer su equilibrio, superar errores y empezar desde cero. “Estábamos pagando el precio del pasado. Hay que romper, y borrón y cuenta nueva”. Las palabras de Rosalía Portela, su Presidenta, en una entrevista a Cinco Días, resultan tan sinceras como reveladoras. En ocho años, el gigante aceitero ha tenido cuatro Presidentes. Portela, ex CEO de ONO, llegó al cargo en septiembre de 2016, tras la renuncia de José María Vilas Aventín, el primer gran fichaje de CVC, y el cese de Manuel Arroyo, su CEO. CVC, propietario del 50,01% del capital, decidió cortar por lo sano. En el hecho relevante remitido a la CNMV explicaba con claridad esa pérdida de confianza en la cúpula directiva: “Se ha detectado la necesidad de que el primer ejecutivo de la compañía tenga un perfil más especializado en la gestión eficiente de procedimientos y control de costes”. Su hombre fuerte en Deoleo es ahora, junto a Portela, un italiano: Pierluigi Tosato.

“La aspiración de CVC de superar el 50% del capital de Deoleo ya se ha cumplido. El fondo parece cómodo con este porcentaje que le está permitiendo hacer valer su peso con todas las de la ley”

Pero, ¿qué le pasa a Deoleo? ¿Cómo ha llegado el todavía líder mundial de aceite de oliva a estar en causa de disolución? ¿Una reducción de capital “asentará su futuro”? A nadie se le escapa que el problema viene de lejos. No es puntual, sino la herencia de muchos años. Antiguos gestores como los hermanos Salazar (ex propietarios de SOS Cuétara), todavía en los tribunales, causaron un agujero de más de 200 millones de euros en la aceitera, desviando fondos millonarios entre los años 2007 y 2009. Un caso que, por cierto, debería tener sentencia este mismo año y que, de salir favorable, supondría un soplo de aire fresco.

Deoleo, calificada en varias ocasiones como «estratégica” por el Gobierno español, arrastra crisis estructurales y financieras encadenadas. Renovar su cúpula directiva y reequilibrar su patrimonio es sólo parte de la solución. La aceitera ha puesto toda la carne en asador con un agresivo plan estratégico que le ha llevado a tomar decisiones complicadas, desinvertir en activos y realizar dos ERES en España e Italia. La propia compañía reconoce un exceso de capacidad industrial derivado de su crecimiento vía adquisiciones. En pocos años, compró Koipe y las italianas Carapelli y Bertolli que, además de las marcas, llevaban aparejadas sus propias fábricas. Por si esto fuera poco, el contexto de mercado pesa como una losa: cosechas escasas, sequías, altas temperaturas y precios al alza de la materia prima en España, con la consecuente erosión de márgenes.

¿Y por qué no ampliar capital? 

Había dos maneras de reducir capital: disminuir el valor de los títulos o amortizar determinadas participaciones. La fórmula elegida por Deoleo para sanear balance, reequilibrar patrimonio y superar su causa de disolución ha sido la primera: recortar el valor nominal de todas las acciones en 0,28 euros por título. La medida afecta por igual, en proporción a su valor nominal, a todos los títulos y, por tanto, no generará cambios en el accionariado. La compañía quiere limpiar balance sin afectar a sus accionistas mediante una operación puramente contable.

Pero, ¿saldrá adelante la reducción de capital? ¿Habrá acuerdo el próximo 5 de Junio? Todo parece indicar que sí, ya que la propuesta parte del núcleo duro de accionistas, propietarios de casi el 75% del capital. Es el propio Consejo de administración de Deoleo el que ha propuesto la fórmula a sus accionistas. Los dos socios mayoritarios, CVC (50,01%) y Unicaja (11,35%) sumarán fuerzas. En principio, la reducción de capital no entraña dificultad alguna y sí mucha lógica. Las pérdidas de Deoleo sobrepasan el límite legal y, ante este escenario, existían dos soluciones: una aportación directa de los socios para compensar pérdidas y reforzar fondos propios -de forma voluntaria- o reequilibrar el capital social mediante una ampliación o reducción de capital. Sin duda, la opción elegida es más compleja. De entrada, sólo resulta válida si la empresa carece de problemas de liquidez y, por tanto, puede cumplir con sus obligaciones de pago. De otro modo, la ley obliga a presentar concurso de acreedores.

UE Carbonell registrar aceite Merca2.esPero encontrarse en causa de disolución obligatoria no supone estar, necesariamente, en causa de concurso. Es diferente. Lo único seguro es que, cuando una compañía entra en causa de disolución, acumula pérdidas que dejan reducido su patrimonio neto a una cantidad inferior a la mitad del capital social. Es la propia Ley de Sociedades de Capital la que establece la norma y Deoleo, sin duda, la cumple: las pérdidas netas sufridas en 2016 (190,24 millones de euros) dejaron su patrimonio neto en 173,45 millones, mientras la mitad del capital social actual se eleva a 219,4 millones de euros.

Aunque, de momento, no tiene problemas de liquidez, basta con echar un vistazo a sus cuentas para ver que algo anda mal. Las últimas, del primer trimestre, reflejan un buen inicio de año: Deoleo crece en ingresos y EBITDA, pero no deja atrás los números rojos. En concreto, pierde 7,6 millones e incrementa sus ingresos un 3,6% al facturar 175,13 millones de euros.

Infographic 5 e1495810110260 Merca2.esSe observa, por tanto, un avance en ingresos y márgenes en un contexto de mercado complicado ¿Cómo se explica, entonces, que Deoleo triplicara pérdidas en 2016? Básicamente, por dos motivos: el deterioro en el valor de sus activos, cifrado en 96,3 millones de euros, y el impacto del inesperado cambio fiscal, que a Deoleo le ha dado de lleno, sumando otros 53,3 millones.

El aceite de oliva es un producto decisivo en muchas zonas de España y el sustento de decenas de miles de familias que viven del sector. Pero no resulta extraño que un inversor con vocación temporal y expectativas de rentabilidad elevadas como CVC, no esté por la labor de aumentar su exposición a la compañía. Es verdad que hubo batacazo contable en 2016, cuando sus pérdidas se triplicaron hasta 179 millones de euros, pero el EBITDA de Deoleo ha crecido en el primer trimestre. “Nuestra situación de gestión es más sólida que hace unos meses. No seamos alarmistas con lo que está pasando”, advertía Portela. “Tenemos recursos para seguir gestionando el negocio sin problemas, la caja está controlada«.

Infographic 4 e1495810177352 Merca2.esTres años después, todavía hay quien se pregunta qué vio CVC en Deoleo, cuyo perfil de riesgo es muy distinto al de otras inversiones de éxito en España, como Abertis, R Cable, Grupo Hospitalario Quirón CLH. En esencia, su negocio depende de factores metereológicos, fuera de control. Otro problema añadido son las subidas de precio, que el consumidor lleva soportando años, y que están impactando en el consumo de aceite de oliva, con caídas cercanas al 7% este año.

A CVC, le gustaron, básicamente, su posición de liderazgo y su potencial de expansión internacional, sin olvidar las oportunidades de consolidación que ofrece un mercado fragmentado como el aceite de oliva. De hecho, CVC prometió “reforzar la cartera de marcas comerciales de Deoleo mediante adquisiciones selectivas” que, luego, no se han producido.

El desgaste de CVC

Todo empezó con una puja al mejor postor. El pistoletazo de salida lo dio el FROB, obligado a vender las participaciones de dos bancos intervenidos: BMN y Bankia. CVC tomó el control de Deoleo en 2014 en una subasta, imponiéndose a otros fondos como PAI Partners y Carlyle. La OPA fue criticada por la CNMV por su bajo precio, pero también por el Gobierno español, preocupado por la españolidad de la empresa, resuelta con la permanencia en el capital de Unicaja (11,35%), Caixabank (4,99%) y Kutxabank (4,84%). Finalmente, la SEPI no entró en la aceitera, pese a lo prometido por la Ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina.

La reducción de capital era una de las posibles soluciones, no la única. La contraria, ampliarlo ¿se barajó? No, o al menos, no de forma oficial. La aspiración de CVC de superar el 50% del capital para reforzar su poder decisorio en Deoleo ya se ha cumplido. El fondo parece cómodo con un porcentaje que, en momentos cruciales, le está permitiendo hacer valer su peso con todas las de la ley. La inyección de hasta €100M de CVC, de la que se habló hace tres años, todavía no ha llegado. La inversión total del fondo se cifra en unos 220 millones de euros y a nadie se le escapa que las acciones del private equity británico valen, ahora, la mitad. Cuando lanzó la OPA, la CNMV obligó a CVC a elevar su oferta hasta los 0,395 euros por acción para ajustarla a la evolución real en Bolsa. Entonces, la capitalización de la aceitera superaba los 459 millones de euros. De esa cifra, la mitad correspondía a títulos en manos de CVC. Ahora, cada acción ronda los 18 céntimos.

deoleo acciones Merca2.es En total, la limpieza de Deoleo suma 162,5 millones de euros, cifra que se destinará a compensar pérdidas y, en su caso, a constituir un colchón para contingencias futuras ¿Levantará así cabeza? La aceitera recuerda que la cifra de reducción de capital propuesta por su Consejo de Administración es muy superior a la estrictamente necesaria para restablecer el equilibrio patrimonial exigido. Según las cuentas auditadas, tras la imputación de las pérdidas de 2016, el patrimonio neto del es de 173,5 millones de euros, mientras la mitad del capital social actual se eleva a 219,4 millones de euros. Es decir que, para salir de la causa legal de disolución, habría bastado con reducir el capital social en unos 100 millones de euros.

En fin, serán el mercado y los propios accionistas quienes juzgarán si la reconversión de Deoleo, el gigante aceitero español, es suficiente y adecuada. De momento, a juzgar por su cotización, no parece haber cundido el pánico, pero hubo susto inicial. El pasado 4 de abril -día del anuncio de la reducción de capital-, los títulos bajaron un 15,38% en una sola sesión. Luego, todo ha vuelto a la calma y al entorno de los 18 céntimos. Pero todavía es pronto para saber si las medicinas aplicadas surten efecto. El asunto no es baladí. En juego está la mayor aceitera española, que forma parte ya de nuestra memoria colectiva ¿Qué consumidor no ha metido en su cesta de la compra, al menos alguna vez, una de sus botellas? Y no lo olvidemos, en juego está también la inversión de CVC y su retorno que, en definitiva, es quien marca los tiempos.


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