Con la inesperada victoria, en las pasadas elecciones americanas, de Donald Trump, muchos en el mundo de las finanzas, se echaron las manos a la cabeza, ante la situación de incertidumbre general que se podría desencadenar mundialmente. Sin embargo, estos últimos meses han sido un regalo para el inversor, con algunos de los principales índices mundiales cerca o incluso superando, sus máximos históricos.
Pese a esta importante revalorización general en los mercados, y habiendo aprovecho este rally en gran cantidad de sectores, consideramos que el sector de defensa americano presenta todavía oportunidades muy interesantes que podrían dar una continuación al momento actual. Sea exagerado o no, lo cierto es que a día de hoy, muchos podrían ser los enemigos que encuentre el nuevo presidente en su camino, desde China, Rusia, Corea del Norte e Irán, así como cualquier país o región que apoye al ISIS.
El BdE ve demasiada euforia en las bolsas
Para Trump y el importante número de consejeros que hay tras él, Estados Unidos debería ser la única súper potencia militarmente hablando del mundo, y para lograrlo se requerirá un inmenso esfuerzo económico en gastos militares. En el año 2016, el gasto militar estadounidense representó más de un tercio del total de los gastos mundiales, valorándose en 598.000 millones de dólares. Pero no sólo eso, los cambios propuestos durante su gobierno se extienden a una subida en defensa de 54.000 millones de dólares para este primer año, lo que significa un aumento del 10%, que siguiendo en este ritmo nos daría una inversión en el año 2020, de aproximadamente 850.000 millones de dólares, cifras espectaculares.
¿Cómo poder beneficiarse dentro del sector?
Parece claro que ante un mayor número de situaciones bélicas, como los trágicos acontecimientos ocurridos recientemente en Siria, compañías del sector recibirán mayores contratos gubernamentales. A pesar de la diversidad de empresas existentes en él, como puedan ser Boeing, Northrop Grumman, General Dynamics, United Tecnologies, e incluso Taser.
El carácter humanitario del primer movimiento militar de Trump en Siria
En la situación actual dos podrían ser las firmas que salieran más favorecidas. Una de ellas, Lockeed Martin, asentándose con el mejor beneficio por acción en el sector aeroespacial, y de defensa americana. Construye una amplia gama de vehículos militares, pero destaca principalmente por la fabricación del avión militar F-35, que representará al avión de combate de las fuerzas americanas de los próximos años.
En 2016, el 71% de sus ventas netas se produjeron directamente al gobierno de los Estados Unidos. A día de hoy también suministra a algunos países de la OTAN como Gran Bretaña y Alemania, gracias a la fabricación y venta de drones, pero se espera que otros países empiecen a invertir con ellos, ya que solamente cinco naciones gastan actualmente la cantidad requerida por la OTAN. Este incremento en el gasto defensivo, de las naciones occidentales, deberían de suponer un fuerte impulso en su cotización.
Y la otra compañía, beneficiada con este incremento en próximas inversiones también debería suponer un empuje en la empresa Raytheon, que produce los misiles Tomahawk, desplegados recientemente en Siria. Actualmente tiene grandes fundamentales dentro del conjunto del sector, con 3.400 millones de dólares en caja, un ratio de endeudamiento en el nivel óptimo del 50% sin incurrir por tanto en un excesivo volumen de deuda, con un ratio atractivo de valor en libros y beneficios, y unos ingresos de 24.000 millones de dólares en 2016. Sin embargo, y con el incremento anual que hemos comentado anteriormente, podrían llevarle a unos ingresos de más de 34.000 millones de cara al año 2020.