Es cierto, pero no es culpa nuestra -al menos no cargamos con toda la carga de la misma- ni se encuentra en nuestro ADN. Y es que, somos los europeos que más tarde salimos de la oficina, pero a la vez los que menos aprovechamos las horas, a causa de las descabelladas jornadas partidas y el retraso respecto al huso horario natural por nuestra posición geográfica.
Solo hace falta darse cuenta que todos los partidos de la Champions empiezan a las 20:45, para que los aficionados de todos los países puedan disfrutar de sus equipos favoritos sin agobios. ¿Todos? No, aquí en España solemos ir corriendo para poder llegar a casa.
Por otro lado, se han sumado causas nuevas, junto a la crisis económica que lastran la efectividad de los empleados y que lleva a los más preparados a abandonar su tierra natal en busca de reconocimiento y eficiencia en el extranjero. Y como no, de una buena retribución acorde a las circunstancias.
9Tiempo muerto en el puesto de trabajo
Ante una falta de cultura productiva, muchos de nosotros pasamos parte del tiempo en el puesto de trabajo chateando, informándonos, o simplemente pasando el rato. Y es que, la tendencia popular nos lleva a pensar que estar en nuestro sitio significa que estamos siendo efectivos y eficientes, pero no es real.
Realmente, no nos pagan por hacer horas en la oficina, sino por resolver problemas o sacar el trabajo adelante. Pero, no todo es culpa de los empleados, sino que la propia cultura empresarial nos lleva a tener que resolver parte de nuestros problemas personales durante el horario laboral.
Si, en lugar de pasar tanto tiempo en nuestro puesto, pudiéramos salir antes del puesto. Por lo tanto, la solución en este caso es asimilar la cultura de la eficiencia a unos horarios más justos para la conciliación entre la vida laboral y la personal.