Es cierto, pero no es culpa nuestra -al menos no cargamos con toda la carga de la misma- ni se encuentra en nuestro ADN. Y es que, somos los europeos que más tarde salimos de la oficina, pero a la vez los que menos aprovechamos las horas, a causa de las descabelladas jornadas partidas y el retraso respecto al huso horario natural por nuestra posición geográfica.
Solo hace falta darse cuenta que todos los partidos de la Champions empiezan a las 20:45, para que los aficionados de todos los países puedan disfrutar de sus equipos favoritos sin agobios. ¿Todos? No, aquí en España solemos ir corriendo para poder llegar a casa.
Por otro lado, se han sumado causas nuevas, junto a la crisis económica que lastran la efectividad de los empleados y que lleva a los más preparados a abandonar su tierra natal en busca de reconocimiento y eficiencia en el extranjero. Y como no, de una buena retribución acorde a las circunstancias.
8Falta de puntualidad y planificación
Pero, no todo -o casi todo- va a ser culpa de las compañías. Dentro de la parte que atañe a los propios trabajadores, nos encontramos con que a veces, por nuestra cultura, tendemos a no ser puntuales o a planificar mal las labores que nos son encomendadas.
Unos hábitos que -sobre todo para aquellos que suelen fallar por este lado- pueden cambiarse y que llevarían al empleado a un estado de mayor satisfacción y a mejorar la productividad y la eficiencia laboral.