Es todo un clásico: la chica guapa encuentra su príncipe azul en un señor con las cuentas bancarias bastante bien saneadas y al final, fueron felices y comieron caviar iraní. Lo de encontrar el amor en una cartera petada ha ocurrido siempre. No solo en nuestro país sino fuera de nuestras fronteras, a pesar de que ellas manejen su propio dinero, ojo. Salma Hayek encontró el amor en François-Henri Pinault, el presidente del conglomerado empresarial Kering, es decir, que si compras en Gucci o en FNAC, un porcentaje de tu dinero va a la cuenta bancaria común de la mexicana y su marido. O Mariah Carey, quien a pesar de tener un net worth de 535 millones de dólares, sufrió el latigazo del amor y el despecho después de que su prometido, el multimillonario -sí, aún más que ella- James Packer la dejase compuesta y sin diamantes.
3SOFÍA MAZAGATOS
La historia de Sofía Mazagatos es quizá una de las más extrañas, sombrías y truculentas de todas las que vamos a relatar. Empecemos por el principio. Sofía era una chica humilde del barrio de San Blas, vecina bloque contra bloque de la mismísima Belén Esteban y amigas hasta que la vida las separó. Belén se lanzó al mundo taurino y Sofía, por su parte, entre frase mítica y frase mítica -«estoy siempre en el candelabro»- conquistó el corazón de José María González de Caldas, ex presidente del Sevilla Fútbol Club.
Cuentan los testigos que Sofía Mazagatos obligaba a que en plena Feria de Sevilla -imaginen el tráfico-, un coche arrastrado por cuatro caballos la recogiese en la estación de Santa Justa, a su llegada de Madrid, y que nadie empezase a comer hasta que ella llegase en su calesa. Calculen la distancia entre Santa Justa y el Real. ¡Por Dios bendito!