A Marcos de Quinto le queda un mes para dejar su puesto de vicepresidente ejecutivo y director de marketing de Coca-Cola. Será entonces cuando pase ‘a la reserva’ y ocupe la posición de «asesor creativo» hasta agosto del 2018. Sin embargo, a la compañía americana le preocupa lo que pueda ocurrir a partir de entonces.
No quieren que el hombre que ha «revolucionado» la marca Coca-Cola en los últimos dos años, y que ha pasado los últimos 35 en ella, pueda dar sus últimos coletazos profesionales en la competencia. Así que desde Atlanta (donde está la sede) ya se han asegurado que esto no vaya a ocurrir. Le han puesto encima de la mesa un acuerdo de separación (en el que se recogen todos los aspectos de su salida), que se ha presentado ya a la SEC (la Comisión Nacional del Mercado de Valores americana).
Coca-Cola se hará cargo de su mudanza a España en los próximos meses
En él se establece un completo epígrafe de cláusulas de «no competencia», en el que se deja muy claro todo lo que NO podrá hacer en los próximos dos años. Y, desde luego, parece que va a tener poco margen de maniobra. Para empezar, y como es natural, la compañía ya le ha «prohibido expresamente» trabajar en estas multinacionales: PepsiCo; Nestlé; Dr. Pepper; Danone; Kraft Foods; Unilever y Cott.
Esta limitación, propia de los contratos de alta dirección, se extiende también a otras empresas que puedan resultar competencia de Coca-Cola. Es decir, todas aquellas que ofrezcan bebidas no alcohólicas o refrescantes. Y no sólo de marcas, también tiene que quedar exento de aquellas zonas geográficas en las que De Quinto ha trabajado durante su estancia en la compañía de bebidas. Es decir, medio mundo: Estados Unidos, territorios que puedan estar asociados a él como pueda ser Puerto Rico o las Islas Vírgenes. Evidentemente Canadá queda fuera de juego, al igual que Latinoamérica, Asia, África, Europa, Australia y Oceanía.
El último anuncio de Coca-Cola es un puto fraude
En caso de que la empresa que quiera contar con los servicios de Marcos de Quinto no sea competencia directa, tendrá que mirar también las cláusulas del contrato. Según se establece, tampoco podrá entablar actividad con aquel cliente «que pueda proveer servicios que puedan hacer la competencia a Coca-Cola, ni que fueran proveedores de la misma». Es decir, que no podría trabajar en una agencia de comunicación o de publicidad, por poner un ejemplo. Incluso, dice el documento, aunque «el contacto haya partido del propio Marcos de Quinto. Pero es que esta limitación se retrotrae a todos aquellas empresas con las que haya tenido relación en los dos últimos años.
La cláusula de no competencia contempla también el que pretenda, en algún momento, mediar para que alguna compañía contrate a algún trabajador de Coca-Cola. Tampoco que él pueda intentarlo para otros negocios que pueda emprender. Según el documento «no podrá contactar con ningún empleado con el que haya trabajado en los últimos seis meses»; pero tampoco a quienes hayan cooperado con él (sea proveedor, cliente, o similar) en los últimos dos años. Es decir, que no podrá -en ningún caso- robar talento -o mediar para que el talento que haya conocido- pueda marcharse a otras empresas.
Unas limitaciones que se extienden, como es natural, a toda aquella información confidencial que haya conocido durante su estancia en la compañía. Ya sean «datos o planes financieros y de productos, clientes reales o potenciales, proveedores, diseños, fórmulas»… En definitiva, todo aquello que «no sea de público conocimiento» y que, por tanto, debe guardar «de forma confidencial durante el máximo tiempo que sea posible».
El acuerdo que han presentado a la SEC recoge también las nuevas remuneraciones a las que se someterá De Quinto a partir del mes que viene. Sus emolumentos (que el año pasado fueron de siete millones de euros), se verán reducidos hasta su salida en agosto de 2018. La fecha en la que abandonará definitivamente la compañía, en la que se mantendrá como consejero senior. El salario base seguirá igual, en el entorno de los 750.000 dólares; sin embargo, el variable se reduce y cobrará sólo el 75%, y también se le reduce la paga anual que pasa a ser de 165.000 euros.
También empiezan a prever que Marcos De Quinto querrá volver a España en los próximos meses. Coca-Cola se hará cargo de su mudanza, siempre y cuando esté terminada antes del 30 de noviembre de 2018.