El periodismo, en general, y concretamente el de corazón, levanta pasiones básicas en quienes lo consumen. Si surte tal efecto en ajenos, imagínense cómo sienta a los propios protagonistas de las noticias. Un abanico enorme de historias que atañen a la vida de uno y que abarca desde una preciosa boda o el alumbramiento de un deseado bebé hasta el hecho de destapar una infidelidad o ciertos detalles y aspectos del círculo más privado de alguien pero que, acogiéndonos al Derecho fundamental de la Libertad de Información, este prevalece sobre el Derecho a la Intimidad de una persona.
Jorge Javier se ha curtido en mil batallas. Ahora presenta programas de entretenimiento tipo ‘Got Talent’ o se ha acercado al pueblo llano envuelto en conmovedoras experiencias al frente de ‘Hay una cosa que te quiero decir…’ donde la lágrima siempre estaba a flor de piel. Pero el pasado de Jorge está manchado de sangre magenta, de la que sale cuando el “corazón” bombea. Y es que su especialidad es la prensa rosa. ¿Qué tiene de malo? Nada, salvo que a veces, de forma involuntaria por ejercer tu profesión, despiertas a tu alrededor las filias o las fobias de los personajes famosos sobre los que hablas o escribes.
9ÀNGELS BARCELÓ Y CARLES FRANCINO

El éxito del programa ‘Sálvame’, formato novedoso y revolucionario que reflotó hasta audiencias apabullantes a la cadena de Paolo Vasile, hizo que Jorge Javier Vázquez se alzase con el Premio Ondas a Mejor Presentador del Año en 2010. Los más puristas, -seamos claros-, Àngels Barceló y Carles Francino, no estaban de acuerdo con que Jorge Javier Vázquez obtuviese tan honorable galardón, por lo que en un acto de rebeldía y desacuerdo, decidieron bajarse del escenario cuando Jorge subió a recoger su premio.
En palabras del propio presentador: «Angels Barceló y Carles Francino pasarán a la historia por haber abandonado el escenario en la entrega de mi Ondas. Yo estoy convencido de que ellos no se habrían retirado si se lo hubieran entregado a Xavier Sardá. Pero he pensado que, trabajando en Cadena Ser, fomentan la tolerancia, el respeto, la igualdad… Pues todavía estoy esperando a que me llamen para que en un acto de valentía me expliquen por qué se fueron».