El periodismo, en general, y concretamente el de corazón, levanta pasiones básicas en quienes lo consumen. Si surte tal efecto en ajenos, imagínense cómo sienta a los propios protagonistas de las noticias. Un abanico enorme de historias que atañen a la vida de uno y que abarca desde una preciosa boda o el alumbramiento de un deseado bebé hasta el hecho de destapar una infidelidad o ciertos detalles y aspectos del círculo más privado de alguien pero que, acogiéndonos al Derecho fundamental de la Libertad de Información, este prevalece sobre el Derecho a la Intimidad de una persona.
Jorge Javier se ha curtido en mil batallas. Ahora presenta programas de entretenimiento tipo ‘Got Talent’ o se ha acercado al pueblo llano envuelto en conmovedoras experiencias al frente de ‘Hay una cosa que te quiero decir…’ donde la lágrima siempre estaba a flor de piel. Pero el pasado de Jorge está manchado de sangre magenta, de la que sale cuando el “corazón” bombea. Y es que su especialidad es la prensa rosa. ¿Qué tiene de malo? Nada, salvo que a veces, de forma involuntaria por ejercer tu profesión, despiertas a tu alrededor las filias o las fobias de los personajes famosos sobre los que hablas o escribes.
8SANDRA BARNEDA

Portada de la revista DICEN. Titular: «No se soportan». ¿Fotografía? Una imagen partida de Jorge Javier Vázquez y Sandra Barneda en la se relata que a pesar de no aguantar la presencia del otro, tendrán que trabajar juntos. Sandra Barneda salió rápida al paso de la portada y posteó en su Instagram lo que arriba adjuntamos. Jorge, sin embargo, se lo tomó con más calma y en su blog de ‘Lecturas’ escribió lo siguiente:
«Sandra y yo somos, pues, la gran esperanza blanca de la cuatricomía patria. Antes de echarme la siesta –por la noche tengo función en el Lope de Vega de Sevilla- y después de haber bajado ya de la nube envío un mensaje a Barneda. Ella no tarda en responderme. Luego otro y otro más. Con el paso de los días, en internet el asunto empieza a hacerse grande. Algunos de los medios más leídos de este país se hacen eco de la portada de ‘Dicen’ y no dudan en reproducirla y escribir artículos alusivos. Lo más extraño de todo –o al menos me lo parece a mí- es que nadie se ha puesto en contacto conmigo para conocer mi postura. Repito, nadie. Da que pensar”.