El periodismo, en general, y concretamente el de corazón, levanta pasiones básicas en quienes lo consumen. Si surte tal efecto en ajenos, imagínense cómo sienta a los propios protagonistas de las noticias. Un abanico enorme de historias que atañen a la vida de uno y que abarca desde una preciosa boda o el alumbramiento de un deseado bebé hasta el hecho de destapar una infidelidad o ciertos detalles y aspectos del círculo más privado de alguien pero que, acogiéndonos al Derecho fundamental de la Libertad de Información, este prevalece sobre el Derecho a la Intimidad de una persona.
Jorge Javier se ha curtido en mil batallas. Ahora presenta programas de entretenimiento tipo ‘Got Talent’ o se ha acercado al pueblo llano envuelto en conmovedoras experiencias al frente de ‘Hay una cosa que te quiero decir…’ donde la lágrima siempre estaba a flor de piel. Pero el pasado de Jorge está manchado de sangre magenta, de la que sale cuando el “corazón” bombea. Y es que su especialidad es la prensa rosa. ¿Qué tiene de malo? Nada, salvo que a veces, de forma involuntaria por ejercer tu profesión, despiertas a tu alrededor las filias o las fobias de los personajes famosos sobre los que hablas o escribes.
6KARMELE MARCHANTE

La relación entre Jorge Javier Vázquez y Karmele Marchante nunca ha sido fluida del todo. Jorge le echaba capotes cuando veía que era el rival más débil ante sus compañeros pero tampoco le dejaba pasar una. La catalana acabó harta de Sálvame. Estuvo, fue, volvió pero finalmente dio el paso atrás definitivo: “Me he ido de ‘motu proprio’ y como he querido. Mi contrato seguía vigente mes y medio más, pero decidí marcharme, sin ninguna despedida, por coherencia”, añade la periodista.
«No me sentía bien tratada», declaró la veterana y polémica presentadora. “David Valdeperas me llamó y me pidió que me despidiera de la audiencia y de la gente de plató, al final me convenció. Le dije que diría adiós desde su sitio de dirección y que después agarraría el bolso y me iría. Tras mucho suplicarme, al día siguiente esta gente llamó a mi representante y le dijeron que no hacía falta que fuera“. Interpretamos por sus palabras que la relación con la cúpula, incluyendo a Jorge Javier como cara visible de los jefes, acabó como el Rosario de la Aurora.