En un contexto económico en el que los Bancos Centrales y sus decisiones monetarias, están en boca de todos, un nuevo acontecimiento podría alterar la estabilidad de los mercados, y ese no es otro que el precio del petróleo.
Después de haber tocado niveles mínimos de los últimos tres meses, durante la pasada semana, encontramos varios catalizadores negativos en el medio plazo, que podría ofrecer una presión vendedora aún mayor en su cotización.
Por un lado, el pacto entre los países de la OPEP y de un grupo de productores no OPEP, liderados por Rusia, el pasado mes de noviembre en Viena, acordaron recortar su producción, pero el compromiso parece encaminarse cada día más a su final. Tras haberse cumplido, en los primeros meses del año con el recorte acordado, y pese a los recientes intentos por prorrogarlo. El principal productor del grupo, Arabia Saudí, ha confirmado que en el mes de febrero aumentó su ritmo de producción. No sólo eso, su ministro de energía, ya avisó durante la última reunión en Houston que el país no estaría dispuesto a extenderlo más allá del mes junio.
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Por otro lado, el acuerdo representó una clara ventaja para otros países como Canadá y Estados Unidos, que han aumentado continuamente su cuota de mercado aprovechando la ventajas ofrecidas por sus competidores, como ha demostrado el reciente incremento de los inventarios durante varias semanas de manera consecutiva, apoyado también en una importante mejora en las importaciones.
Además el negocio del fracking, gira en tono positivo, gracias a los nuevos avances tecnológicos, que están permitiendo que grandes empresas estén logrando reducir los costes en la extracción a un ritmo que permitiría un precio de equilibrio estimado alrededor de los 40 dólares por barril en poco tiempo. La reciente llegada de Trump a la Casa Blanca, con su clara apuesta por la energía, por encima de preocupaciones medioambientales, deberían suponer un impulso todavía mayor en su actividad.
Los países de la OPEP empiezan a abandonar el pacto para no aumentar la producción
Otro hecho relevante, es que el continuo fortalecimiento del dólar, tras las medias adoptados por la FED, debería aplicar una mayor reacción bajista en el precio en general de las materias primas. A nivel técnico, en los últimos días se ha roto una zona de soporte muy importante, provocando gran deterioro a la estructura alcista de medio plazo, que si bien podría generar un ligero rebote de manera momentánea, podría llevarnos en el medio plazo a la zona de los 45 dólares barril.
Manuel Pinto, analista de XTB