Hasta la muerte de Isidoro Álvarez en septiembre de 2014 El Corte Inglés era una empresa dirigida con mano de hierro. El presidente no dejaba nada al azar: conocía al milímetro la compañía, planificaba hasta la extenuación los pasos de crecimiento y, por supuesto, tenía el control absoluto del Consejo de Administración. Pocas voces se oyeron en él críticas con su gestión -o al menos- públicamente no se escucharon. Un estilo de gestión propio de un hombre que dirigió la nave desde 1989. La historia de un éxito que, sin embargo, con la llegada de la crisis vio tambalearse su modelo por varios motivos: la apuesta por el inmobiliario; la falta de transformación digital y el elevado endeudamiento.
Un panorama con el que tuvo que enfrentarse Dimas Gimeno allá por septiembre de 2014 cuando el Consejo de Administración le nombra -por decisión directa de Álvarez- nuevo presidente de El Corte Inglés. Control absoluto de la marca, pero no del accionariado en el que tienen mucho que decir sus primas Cristina y Marta Álvarez Guil; pero también la otra familia fundadora, los Areces. Una pugna de poder, fruto de una sucesión cerrada en falso, y que se pudo ver en los primeros movimientos de Gimeno al frente. En ellos mantuvo a los principales hombres fuertes de Álvarez: Florencio Lasaga, Carlos Martínez Echevarría, Leopoldo del Nogal y Juan Hermoso (que abandonó en noviembre pasado).
¡Sorpresa! La marca más recordada no es El Corte Inglés
Sin embargo, el zozobre de una nave que en 2014 tenía que achicar el agua para evitar hundirse, hizo que Dimas Gimeno actuara con cierta rapidez. Había que atajar la deuda de más de 6.000 millones que ahogaba al Grupo. Así que optó por la vía rápida y comenzó a aplicar cirugía de urgencia: había que amputar. Lo primero, negociar con los bancos; vender la financiera; realizar las primeras emisiones de bonos de El Corte Inglés y, por último buscar ayuda externa. Un caballero blanco que permitiera obtener dinero a corto plazo. Y lo encontró. ¡Vaya si lo encontró! Todo un jeque árabe, de nombre, Hamad Bin Jassim, que puso encima de la mesa un préstamo de 1.000 millones convertible en acciones. ¿Y en qué condiciones? Pues básicamente se compromete el 12% de la sociedad, con otro tres por ciento como garantía -y condicionado a obtener distintos objetivos económicos- durante tres años. Hasta 2018. Es decir, que entre unas cosas y otras, el jeque se podría hacer con el 15% de los grandes almacenes.
Y aquí viene cuando la matan. Esta operación no gustó nada la familia Areces, representada por Ceslar (en la figura de Carlota Areces), que se opuso rotundamente a la operación. ¡Ahí es nada! ¿Consecuencia? Dimas Gimeno cogió el toro por los cuernos y optó por proponer, el 30 de agosto de 2015, su expulsión de la Junta por «faltar a sus deberes de lealtad con la compañía y revelación de secretos» en plena operación de refinanciación de El Corte Inglés.
Un tema que ha terminado en los juzgados, y que ha sentado esta misma semana a Dimas Gimeno en el banquillo como testigo de lo ocurrido. En este caso, por la demanda presentada por la expulsión del Consejo; pero está todavía pendiente el juicio por la que Carlota Areces (Ceslar) presentó contra El Corte Inglés por apropiación indebida. En concreto, por los cambios estatutarios que se aprobaron en la junta de agosto de 2015, y que permitieron que se pudiera ocupar un puesto en el Consejo sin ser accionista de la compañía. Algo que se hizo «en aras del bueno gobierno corporativo y para separar la gestión de la propiedad», dicen fuentes de El Corte Inglés.
Sin embargo, ese cambio permitió la entrada de Hamad Bin Jassim (a través de un representante) en el máximo órgano de dirección. El jeque, por cierto, al que muchos temen en El Corte Inglés. No podemos olvidar que ya hizo su entrada (a través del fondo de inversión de Qatar) en Harrod’s para luego revenderlo. Así que piensan que su intención podría ser la misma. Sobre todo, porque la valoración hecha de El Corte Inglés para su entrada es de 10.000 millones de euros, que dista mucho de los 18.000 millones que un informe encargado a Tinsa en 2013 decía. Así que, más motivos para que Ceslar (los Areces) se encabronaran.
¿Quién es Hamad Bin Jassim?
Uno de los hombres más ricos y poderosos de Qatar. Fue, durante dos décadas, ministro de Exteriores del emirato. Nacido en 1959 ocupó diversos puestos en la Administración del país. En 2007 logró ser Primer Ministro y, junto a su primo Hama (que llegó al poder gracias a un golpe de Estado- transformaron la economía del país. Una ciudad Estado moderna, con una gran influencia internacional gracias, sobre todo, al dinero procedente del Gas. Pero su auténtica fama bien como gestor de la Autoridad de Inversión de Qatar, el fondo de inversión qatarí, logro algunas de las mayores posiciones en compañías internacionales. Hablamos de empresas como Porsche, Volkswagen, Xstrata o el gris Saint Germain, así como grandes inversiones en el Reino Unido.
De hecho, actualmente reside en Londres y, a sus 56 años, es consejero de la embajada de su país en el Reino Unido. Se calcula que su fortuna puede rondar los 1.200 millones de euros. En su haber están también innumerables propiedades inmobiliarias en Nueva York y Londres; y es un gran aficionado al arte: cuenta en su haber con Las mujeres de Argel, obra de Pablo Picasso y subastada en 2015 por Christie’s en 161 millones de euros.
Padre de 15 hijos, se puede convertir en salvador del Deutsche Bank en la ampliación de 8.000 millones de euros que ha anunciado esta semana. Según informan varios medios, podría estar dispuesto a aumentar su participación en el banco, en el que pose ya el 10% del mismo.
Tercer accionista en 2018
Y todo a la espera de lo que ocurra el año que viene, porque lo mismo se encuentra con el 15% de El Corte Inglés. Lo que es seguro es que se situará como el tercer accionista de referencia. Estará por detrás de la Fundación Ramón Areces (37%); Cartera de Valores IASA (que comparten las hijas de Isidoro Álvarez y Dimas Gimeno) con el 22,18% del capital; y por delante de la Corporación Ceslar que representa a los intereses de la familia Areces y de la Cartera Mancor, que representa a la familia García MirandaEs cierto que el jeque abrió la puerta a la guerra con la familia Areces, pero también lo es que las hijas de Isidoro Álvarez (Cristina y Marta) tienen mucho que decir. Y de hecho, lo están diciendo en las últimas semanas. ¿O creen que es coincidencia que se haya nombrado un nuevo director general en la figura de Víctor del Pozo? O más aún: que se haya creado una comisión ejecutiva en la que estarán ellas, junto a Dimas Gimeno, el propio Del Pozo y Carlos Martínez Echevarría. Un nuevo órgano, creado en el último consejo, y que se ha interpretado como un movimiento de control por parte de Cristina y Marta.
Fuentes cercanas a El Corte Inglés niegan la mayor, y hablan de decisiones que buscan mejorar la toma de decisiones de la compañía. Y así debería ser, porque al final, el Jeque ha logrado que esto parezca Falcon Crest: una familia dividida intentando luchar por el poder interno, pero que tratan de unirse por el control del mercado. Solo que en esta ocasión no es por el del vino de la comarca, sino por el de la distribución en España en el que Mercadona y Amazon pintan cada vez más.