Los boicots los carga el diablo. Todo el mundo tiene derecho a pedir que la gente no vaya a ver una película si cree que sus intérpretes han ido contra sus ideas y principios, otra cosa es el nivel de seguimiento que tenga el mismo. ¿Pero de verdad es justo que las declaraciones de Miren Gaztañaga en un programa de ETB ataquen el trabajo de todo un grupo de profesionales que nada tienen que ver con esto?
Hagamos un análisis sencillo. Miremos en IMDB la posición que ocupa Gaztañaga en el reparto. Exactamente, la posición 17. No aparece en los carteles promocionales y quienes han visto el film aseguran que su papel se reduce a algunos minutos.
Miremos en cambio quién está en primera posición: Marta Etura.
La víctima invisible
Puestos a boicotear, ha habido quien no ha estado a favor de declaraciones de esta actriz donostiarra en el pasado. Por ejemplo,cuando mostró su apoyo al gobierno del PP y pidió que se deje gobernar a Mariano Rajoy. En pleno proceso de parálisis parlamentaria, dijo lo siguiente: “Si hablamos de democracia deberían dejar gobernar a Rajoy que es quien tiene mayoría.Y si nos llevan a unas terceras elecciones deberíamos quedarnos todos en casa”.
Asimismo, la actriz vasca ha mostrado en el pasado un profundo rechazo hacia Arnaldo Otegi: “Con Otegi no hay debate político. Este señor no puede presentarse a ningún cargo público. Ha formado parte de ETA, secuestró a gente inocente. No hay discusión posible. Cualquier persona con semejante currículum no debe tener un cargo público. Una cosa es avanzar y otra, la impunidad”.
El spoiler como forma de boicot de ‘El guardián invisible’
Así las cosas, resulta sorprendente que para condenar a una actriz muy secundaria de un film, se boicotee una película protagonizada por una persona a la que muchos de los artífices del boicot seguramente han defendido en el pasado. Es como boicotear Grease porque Dody Goodman, la actriz que hace de Blanche, estuvo en el KKK (es un ejemplo, no lo estuvo). ¿Que quién era Blanche? Según IMDB, la actriz que ocupaba la posición 17 en el reparto de la película de John Travolta y Olivia Newton-John.
Una paradoja que nos lleva a pensar hasta qué punto la opinión de uno u otro de los miembros del elenco de una película puede permitirnos juzgar y condenar un producto colectivo realizado por decenas de personas. Ya puestos a hacerlo, analicemos todas las opiniones expresadas en algún momento de sus vidas por todos los miembros del reparto, su director y sus técnicos y hagamos la media. O eso, o nos limitamos a ir al cine o dejar de ir en función de lo interesante que nos parezca la película en cuestión.