El helio no es el único medio por el que es posible hacer volar los globos, hay varios métodos alternativos.
Los globos son geniales para muchas ocasiones. Son festivos, pueden ser de colores variados, y se pueden utilizar para decorar las fiestas de los adultos y de los niños, sino también cenas. Muchos también utilizan globos para crear centros de mesa originales.
Sin duda, los globos de helio, los que flotan en el aire, son los que hacen más efecto, pero estos no son asequibles para todo el mundo ya que el helio no es barato. Afortunadamente, el uso de helio no es la única manera de hacer flotar un globo, y existen varios métodos alternativos que podéis probar.
A continuación se explicará el método más económico y también más seguro. Gracias a este método, puedes hinchar los globos de goma con el dióxido de carbono producido a partir de los ingredientes que reaccionan entre ellos.
1. Paso
Vierte un poco de vinagre en una botella de plástico. Elige una que hubiese contenido agua u otro tipo siempre que tenga un cuello estrecho. Verter el vinagre de manera que en la parte inferior haya 3–5 ml de líquido; para esta operación utiliza un embudo, si lo tienes disponible. Se puede usar vinagre blanco destilado que no sea apto para uso alimentario para, así, obtener buenos resultados.
– Puedes probar este método con cualquier tipo de vinagre, en ese caso tardará más tiempo en reaccionar o necesitarás más cantidad de líquido. Además, otros tipos de vinagre son más caros.
– Recuerda que el vinagre puede dañar los envases de metal y darle un sabor desagradable a la alimentación o líquidos que quieras guardar después en estos contenedores. Si no tienes botellas de plástico, puedes usar acero inoxidable de alta calidad para minimizar este riesgo. También puedes optar por diluir el vinagre con agua (para que sea menos agresivo), pero has de saber que tardarás más tiempo en inflar el globo.
2. Paso
Usa un embudo o una pajita para verter un poco de bicarbonato de sodio en un globo desinflado. Se puede utilizar cualquier tipo de globo y cualquier color. Haz que se abra y no apriete, haciendo que quede girado hacia ti. Inserta el embudo, si lo tienes, en el globo y pon dos cucharadas de bicarbonato de sodio, hasta que el globo quede medio lleno.
– Si no tienes un embudo, puedes insertar una pajita de plástico dentro, junto al sodio. Cierra la abertura superior con un dedo y luego deja plegado el globo. Ahora levanta el dedo tocando la pajita para hacer bajar el bicarbonato de sodio. Repite este proceso hasta que hayas llenado un tercio del globo.
3. Paso
Alarga la abertura del globo y llévala por encima del cuello de la botella. En esta fase ten cuidado de que no se te escape bicarbonato de sodio. Coge la apertura del globo con ambas manos y estírala para envolver el cuello de la botella de plástico en la que has puesto el vinagre. Pídele a un amigo que sostenga la botella para que no se produzcan temblores.
4. Paso
Levanta el globo y observa la reacción. El bicarbonato caerá en la botella a través del cuello y entrará en contacto con el vinagre en la parte inferior. En este punto, los dos compuestos reaccionan entre sí y se producirá efervescencia, convirtiéndose en diferentes compuestos químicos. Uno de ellos es el dióxido de carbono, un gas que, elevándose, inflará el globo.
– Agita suavemente el frasco para mezclar los dos ingredientes, de lo contrario se produce una gran cantidad de burbujas.
5. Paso
Si no ocurre nada, inténtelo de nuevo utilizando más cantidad de vinagre o bicarbonato de sodio. Si la reacción se interrumpe, y el globo se desinfla de nuevo incluso después de haber contado hasta 100, se vacía la botella y tratar de nuevo aumentando las dosis de reactivos. Los residuos que quedan en la botella se convierten en diferentes compuestos, en su mayoría agua, por lo que no son reutilizables.
– No te excedas, la botella no debe estar llena de vinagre de más de 1/3 de su capacidad.