España es tierra de buena comida, aunque a veces puede que abusemos de la ingesta de carne. De hecho, en el año 2000 la guía, Lonely Planet, dio un curioso consejo a todos aquellos turistas vegetarianos que visitaran nuestro país: recomendaban acudir a nuestras tierras con “un buen alijo de vitaminas y un gran sentido del humor”.
Desde esta publicación se aseguraba -en los albores del siglo XX- que muchos de nosotros considerábamos al cerdo como un vegetal. Pero, los tiempos cambian y en paralelo a lo que ocurre a otros países de nuestro entorno -aunque tal vez con un poco de retraso- los ciudadanos de la Península Ibérica comienzan a despertar. Parece que la revolución veggie ha llegado y piensa triunfar ende a nuestras fronteras.
Por ahora solo ha alcanzado al 7,8% de la población mayor de 18 años. Una cifra que se podría considerar baja si se compara con los que se deciden por la vertiente natural, -u omnívora- pero la que no puede pasar por alto. Sobre todo, si se tiene en cuenta la tendencia ascendente de la misma en estos últimos años.
Estos datos se desprenden del último estudio realizado por el equipo de Lartner, una consultora en innovación, llamado The Green Revolution. En dicho informe se evalúa la evolución de este fenómeno economico-social en nuestro país y el impacto que tiene entre la población.
Del mismo se puede sacar un perfil de aquellos que deciden dar un paso al frente y tomar estos derroteros alimentarios. Lo que más sorprende es que, a pesar de que los millenials son los máximos impulsores de este movimiento, la población de más de 55 años está siendo de vital importancia en lo que respecta a las opciones menos escritas -que permiten tomar de manera esporádica algún tipo de carne-.
Casi la mitad de este tipo de consumidores viven en entornos urbanos -poblaciones con más de 100.000 habitantes-. Por otro lado, una de cada diez mujeres en España se considera veggie.
El 7,8% de los españoles ya optan por una opción veggie en su dieta
Las principales preocupaciones que llevan a adoptar este estilo de vida son las siguientes, según los datos que ofrece el estudio: las de carácter ético respecto a los animales, las correspondientes a la sostenibilidad y una mayor preocupación por los aspectos relacionados con la salud personal.
Mucha gente que elige este estilo de vida lo hace por la salud, ya que cada vez más los médicos fomentan la reducción de consumo de carne”, consideran Roberto y Mayte, dueños de una de las tiendas más importantes de productos verdes en España, Veggie Room.
En este sentido también se mueven los datos que Kantar Media ha hecho públicos esta semana sobre gran consumo en España. Y es que, cada vez con mayor frecuencia, los ciudadanos eligen cuidar la salud a través de la ingesta de alimentos.
Así, los productos a la plancha y hervidos crecen en nuestro país de manera significativa. Sobre todo los primeros, mientras que los fritos han caído en casi 27 puntos porcentuales -como se puede observar en la gráfica anterior.
España ha pasado de los 353 locales veggies en 2010 a los 703 restaurantes de este tipo en 2016.
Desde luego, y volviendo al estudio original, hay una variable que está clara: si el consumo de este tipo de artículos alimentarios empieza a crecer, también se dispara el negocio que se genera a su alrededor. Para muestra un botón: en el año 2010 había apenas 353 locales en todo el país dedicados en exclusiva a satisfacer las necesidades de este sector, mientras que a día de hoy la cifra se lanza hasta los 703 establecimientos -según los últimos datos correspondientes al 2016-.
Aunque puede para que realmente este tipo de nueva visión nutritiva tenga que ganar la batalla en los restaurantes más tradicionales. O, por lo menos, así lo considera Ana Moreno, de la Escuela de Concina Vegetariana: «Para democratizar el estilo de vida veggie, tendríamos que añadir al menos un par de recetas 100% de este estilo en todos los menús de los restaurantes».
En lo que se refiere a la suma de este sector a nivel global, se descubre que mueve más de 4.000 millones de dólares al año en todo el mundo, con un crecimiento anual bastante sostenible y que roza los seis puntos porcentuales. Con estos datos, en 2020 se superarían los 5.000 millones de dólares en ingresos.
Un término que engloba distintas opciones
El vocablo veggie, que proviene de la órbita anglosajona, viene a englobar todo un fenómeno que cuenta con distintas vertientes y que no encuentra en el castellano un sinónimo para reflejar esta realidad. En cualquier caso, entre las distintas corrientes que encontramos dentro de esta nueva opción nutricional destacan tres: los vegetarianos, los flexitarianos y los veganos.
¿Qué diferencia a cada uno de ello? En realidad es sencillo, según el estudio los ciudadanos que se decantan por la opción flexitariana son aquellos que consumen productos animales de manera puntual. Un término curioso para definirlos es el de vegetarianos a tiempo parcial.
Por otro lado, los vegetarianos componen el grupo más clásico dentro de estas nuevas tendencias. Son aquellas personas que, por unas razones u otras, deciden basar su dieta en productos de origen vegetal. Aunque cabe destacar sobre los mismos que consumen algunos productos derivados de los animales como los lácteos, los huevos o la miel.
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Cabe destacar sobre esta opción que, en realidad, tiene poco de novedosa. De hecho, son varias las civilizaciones antiguas -Grecia o la India- donde se tomaban bastante en serio estas posibilidades nutriticionales, hace más de 2.500 años.
La posibilidad más cerrada para los concienciados con este tema es el veganismo. ¿Por qué? Porque este conjunto de sujetos han decidido eliminar completamente el consumo de carne, pescado, y en definitiva todos aquellos productos que origen animal de su alimentación, centrándose en una dieta 100% vegetal.