En España existen 5 compañías que, juntas, tienen alrededor del 90% del mercado de particulares y un 60% del mercado mayorista.
Iberdrola es una de ellas. El grupo se dedica principalmente a la producción, distribución y comercialización energética.
La compañía presidida por José Ignacio Sánchez Galán es una de las empresas más grandes en su actividad a nivel internacional y el segundo grupo por producción eléctrica en España. Además, es el primero en capitalización bursátil del sector y uno de los referentes en energía eólica a nivel mundial.
Brexit
El Brexit es uno de los principales problemas a los que tendrá que hacer frente la empresa. Aunque no se prevé que vaya a ver grandes cambios regulatorios en el sector, los movimientos de la divisa y la incertidumbre pueden hacerle daño.
Una de las grandes apuestas en estos últimos años de Iberdrola ha sido precisamente el mercado británico. La compra en 2007 de su filial Scottish Power es una prueba. La empresa invirtió 1.360 millones de euros en el país en los 9 primeros meses de 2016. Lo que supone un amplio porcentaje de su inversión a nivel mundial.
Si a esto le sumamos los movimientos en la Casa Blanca y la incertidumbre que se está generando, Iberdrola tendrá que hacer frente sin duda a muchos retos en los próximos años.
La clave está en saber diversificar el negocio entre los diferentes países e intentar que no haya altas exposiciones en países con riesgo que afecten a la empresa.
Multa de la CNMC
La empresa no está exenta de polémica en los últimos días ya que una resolución del Tribunal Supremo ha rebajado la multa interpuesta a la compañía de 10,6 millones de euros a 5,3.
La infracción se cometió en la captación de clientes durante el proceso de liberalización del mercado de comercialización de energía eléctrica en 2009 y 2010. Gas Natural Fenosa denunció a la eléctrica en 2009 y la CNC (Comisión Nacional de la Competencia) consideró que Iberdrola traspasó a los clientes sin pedir su consentimiento, siendo exigido por la normativa sectorial, por lo que incurrió en competencia desleal.
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La manipulación de Iberdrola y otras empresas del mercado eléctrico en su beneficio ha tenido como consecuencia la interposición de diversas multas promovidas por la Comisión Nacional del Mercado de Competencia.
Diversos informes de este organismo han certificado que Iberdrola, mediante artificios ha modificado los precios que se pagaban por la electricidad. Subiendo el precio de la subasta de diciembre de 2013 un 26% con respecto a la subasta anterior realizada en septiembre.
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Durante el mes de enero de 2017 se ha vivido una situación en la que por motivos circunstanciales disminuyó la oferta, que unido a un aumento de la demanda hizo que se incrementaran los precios de una manera brusca. No es lo mismo que una empresa buscando un beneficio mayor lo provoque artificialmente.
La solución que se debe adoptar ante abusos de las compañías es ser implacable ante estas situaciones. Multas más altas y sanciones duras.
Por otro lado, depender menos de las inclemencias del tiempo y que haya una mayor oferta para que el precio caiga. Y que esta oferta tenga una estabilidad. No puede ser que en momentos de menores precipitaciones o menos aire descienda de una manera tan fuerte la producción de electricidad. Por lo tanto, tendremos que buscar una energía más constante y que mantenga la oferta estabilizada.
Desglosando la factura
Si observamos una factura de la luz de Iberdrola podemos ver muchas partidas que se detallan en la misma.
Una de las más llamativas sin duda, es el gráfico que detalla el destino de la factura, los Costes regulados son los que representan una mayor cuantía. ¿Qué son los costes regulados? Pues todo lo que tenemos que pagar para sufragar la red, incentivos a las energías renovables, cogeneración y residuos, el coste de redes de transporte y distribución, etc.
Todos estos costes, muchos resultado de financiar energías ineficientes encarecen la factura. Pero esta no queda aquí, la cosa continúa. Existe un impuesto sobre la electricidad que supone un incremento del 5,11% en la factura, al que por supuesto y al final tendremos que añadirle el IVA.
Esta muy bien echar la culpa a las eléctricas de subidas de la luz, porque en algunas ocasiones en el tiempo se han producido abusos. Pero lo cierto es que aunque en contados casos tenga que intervenir el regulador (en este caso la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia), no estamos viendo el problema real.
¿Y cuál es el problema real?
Más allá de tener que generar una energía de una forma más constante y cuidar de que las empresas no encarezcan el precio de manera artificial. Algo que con sanciones y con una mayor competencia solucionaríamos.
Lo que nos tiene que escamar es el abuso estatal que suponen las facturas, ya sean del agua, la luz o el gas.
De lo pagado en la factura más de un 55% va a parar al Estado entre costes regulados e impuestos. Parece que nos equivocamos en donde ponemos el foco. ¿Y si pedimos responsabilidades a todos los agentes que intervienen en el encarecimiento de la factura incluido al Estado?