jueves, 12 diciembre 2024

El CEO de BlackRock a sus empleados: «Son tiempos difíciles e inciertos»

Este viernes va a ser un día grande en la Casa Blanca. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se va a reunir con su particular Consejo Empresarial de la Competitividad. Un grupo de escogidos empresarios que se reunirán periódicamente con él y que le darán sus consejos acerca de política económica. Entre ellos están los máximos representantes de empresas como: JP Morgan Chase, Disney, Wal Mart, IBM, General Motors, Boston Consulting Group, y otros muchos.

Se encuentran también algunos empresarios díscolos que durante la semana han mostrado ya la contraria a algunas de las decisiones adoptadas por Trump. Especialmente por el decreto de migración adoptado por la Casa Blanca esta misma semana. ¿Por ejemplo? El CEO de Uber y el de Black Rock, Larry Fin, que ha enviado una misiva esta semana a sus trabajadores.

Una carta a la que ha tenido acceso Business Insider y que ha publicado, en la que el CEO de uno de los mayores gestores de fondos de inversión del mundo anima a sus trabajadores a seguir apostando por la globalización, pero entendiendo el mercado local.

Durante la mayor parte del último medio siglo la tendencia de la globalización se ha movido casi exclusivamente en una dirección: adelante. Impulsada por el poder transformador de la tecnología, el flujo de personas, bienes y capital se aceleró a través de las fronteras internacionales. Las naciones se agrandaron. El mundo se entrelazó y se hizo cada vez más interdependiente.

Hoy en día, sin embargo, la globalización está en retirada. Si bien la globalización ha impulsado el crecimiento económico y ha sacado a millones de personas de la pobreza, también ha creado disfunciones y ha distribuido beneficios de manera desigual. Como resultado, el nacionalismo económico está aumentando en muchos países. La arquitectura de seguridad y comercio que ha gobernado las últimas décadas está siendo redefinida, y es probable que se produzca una fragmentación del comercio mundial y de los flujos de capital.

En este momento de profundo cambio, creo que es importante para nosotros como empresa reafirmarnos en ciertos principios básicos.

En primer lugar, debemos volver a dedicarnos a operar como una empresa verdaderamente global. Desde nuestra fundación hace 29 años, BlackRock ha tratado de comprometerse con el talento y abrazar clientes de culturas en todos los rincones del mundo. No retrocederemos en ese compromiso.

Con frecuencia he hablado de la necesidad de ser local en todos los mercados en los que operamos. El entorno actual lo hace más urgente que nunca. Aunque necesitamos operar como BlackRock en todo el mundo, también necesitamos ser alemanes en Alemania, japoneses en Japón y mexicanos en México. Aun cuando aprovechamos los beneficios de nuestra escala global, necesitamos trabajar para ser más relevantes para nuestros clientes en cada mercado que cualquier otro jugador local.

Las necesidades de los inversores en São Paulo difieren de las de Londres, ya que las de Abu Dhabi difieren de las de Hong Kong. La dinámica del mercado es diferente. Las culturas son diferentes. La manera en que la gente ahorra e invierte es diferente. Tenemos que entender esas diferencias y ofrecer asesoramiento y soluciones que satisfagan las necesidades únicas de los clientes en cada mercado.

También debemos ser ciudadanos corporativos activos y comprometidos en estas comunidades. Tenemos que promover nuestro compromiso con el largo plazo. Tenemos que contribuir de manera constructiva a través de los productos y servicios que ofrecemos, así como nuestra filantropía, defensa de políticas y las relaciones que forjamos. Como parte de estos esfuerzos, el liderazgo de BlackRock se compromete con gobiernos y líderes de todo el mundo -desde la Casa Blanca hasta el 10 de Downing Street pasando por Zhongnanhai- cuando creemos que el compromiso de diálogo público-privado es necesario para soluciones a largo plazo.

En segundo lugar, debemos renovar nuestro compromiso con la diversidad y la inclusión. Estos no pueden ser palabras de moda – son principios por los que debemos vivir. Los empleados de BlackRock representan más de 50 naciones y hablan más de 100 idiomas. Somos personas de muchas razas, creencias y culturas. Esa diversidad es nuestra fuerza. Para entregar nuestros compromisos a nuestros clientes, debemos atraer a los mejores talentos, sea donde sea. Necesitamos fomentar una cultura donde las personas de todo tipo se sientan valoradas, incluidas y alentadas a alcanzar su máximo potencial.

Reconozco que este es un momento incierto y complicado. Más que nunca debemos seguir dando ejemplo manteniendo nuestro compromiso de inclusión, y fortaleciendo nuestros lazos con clientes y socios de todo el mundo.

A medida que avanzamos en 2017, les pido a cada uno de ustedes que nos ayude a entender mejor las muchas culturas y naciones a las que servimos. Que preste su oído a diferentes voces y opiniones. Abrazar la diversidad de nuestro pueblo y del mundo que nos rodea. Profundizar los vínculos con las comunidades en las que operamos. Eso siempre ha sido, y seguirá siendo, el camino de BlackRock.

Larry Fink

Presidente y CEO

Una misiva que se une a las muchas que han enviado distintos CEOs, sobre todo de empresas tecnológicas a sus trabajadores. De hecho, existe un cierto consenso entre los principales responsables de empresas norteamericanas, en que la reunión de este viernes debería servir para hacer ver a Donald Trump que debe cambiar sus políticas y su forma de hacer Gobierno.


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