Le ha costado hacerlo y, al final, lo ha hecho aunque sea por la puerta de atrás. El Banco Central Europeo (BCE) asume que la política monetaria y económica aplicada en el Viejo Continente en los últimos años ha ayudado a que a la población sea más pobre. Ha sido en el último informe sobre la red de finanzas y consumo de los hogares, en el que el BCE asegura que, aproximadamente, el 10% de los hogares poseen el 51,2% de la riqueza neta total; mientras que un 5% de los hogares tienen una riqueza negativa. Es decir, que deben más de lo que ingresan al cabo del año.
Una situación que se ha venido agravando con la crisis económica. De hecho, el análisis está realizado en plena crisis (2010-2014) y asume que la caída del sector inmobiliario es la que más ha jugado en contra de los europeos. Especialmente en los países del Sur como Chipre y Grecia, aunque habla también de España, Italia, Portugal, Eslovenia y Eslovaquia. Países todos ellos que se han visto muy afectados por la crisis del ladrillo, ya que en todos ellos se vivía una situación de burbuja.
Ahora bien, en contra de lo que se piensa, los europeos tampoco saben ahorrar. De hecho, el 82% de la riqueza de los hogares proviene, precisamente, de tener una casa en propiedad. El resto, el 17,8%, son activos financieros. Y es la primera residencia la que supone el mayor componente de ahorro de las familias, ya que supone el 49% del valor total de la cartera de la que disponen en caso de problemas en el futuro. ¿Y quiénes son los que más se endeudan? Pues lógicamente los jóvenes entre los 35 y los 44 años, aunque en el caso de España es llamativo cómo ese proceso se adelanta a la franja que va de los 20 a los 30, dando síntomas del ‘cariño’ que le tenemos en nuestro país al ladrillo.
Esta situación hace que las principales deudas que reconocen los hogares europeos sea la de la hipoteca, que suponen cerca del 85% de las facturas que adeudan. Unos hogares, los más apalancados, que fueron quienes más vieron reducir su patrimonio y su riqueza entre 2010 y 2014. De hecho, se calcula que llegaron a perder cerca del 20% de la misma. En especial, porque el saldo promedio pendiente aumento antes de la crisis en algo más del 4%.
La caída de los mercados inmobiliarios en el Sur de Europa ha lastrado los ingresos de buena parte de los hogares
Tampoco ha ayudado mucho la evolución de los ingresos. La media europea por hogar se sitúa en 29.500 euros, reflejando «una caída en la entrada de dinero en todos ellos, especialmente en aquellos hogares donde la persona que tiene los mayores ingresos es un trabajador autónomo», relata el documento en el que se reconoce también que «muchas personas optaron por el auto empleo para intentar paliar las consecuencias de un período paro demasiado prolongado», sentencia.
Una situación que, además, ha hecho que el gasto en los hogares se haya ralentizado. Especialmente en aquellos que están en la zona media. El Banco Central Europeo estima que el gasto en alimentos cayó un 13% de media, con un gasto bruto de algo más de 5.900 euros anuales; algo que es «un comportamiento normal en tiempos de crisis por la caída de los ingresos brutos, y también -como explicación alternativa- por el ahorro preventivo».