Ya lo dijo Baudelaire: «embriagaos». Para el vate francés la única forma de soportar el peso del tiempo era agarrándose una buena moña. Sin llegar a esos extremos, hay que reconocer que la mitad de la humanidad, al menos, disfruta de lo lindo con el noble ejercicio del bebercio.
Si hablásemos de marcas los nombres de la lista sorprenderían a más de uno: muchas serían bebidas asiáticas, poco o nada conocidas en Occidente. En cambio, tratándose de tipos de bebidas, la clasificación recoge todos los clásicos esperados.