Estamos a punto de llegar a Navidad, esa época del año en la que a todos nos entra una época consumista en la que tenemos -necesariamente- que consumir. Compra de regalos, de comida… Pero también de Lotería. Es una carrera por comprar un décimo tras otro, aunque sabes que las posibilidades de que te toquen son mínimas.
Además, todos los años te dices lo mismo: «con el dineral que me gasté el año pasado, este no compro ni un décimo». Sin embargo, queremos darte algunas razones para que te líes la manta a la cabeza (aunque siempre con moderación).
4El beneficio mitiga la pérdida

Somos conscientes de que tenemos muy pocas posibilidades. Tan sólo un 5%, según reconoce la propia Loterias y Apuestas del Estado. Sin embargo, el mero hecho de tener la posibilidad de amortizar la pérdida con la ‘pedrea’ nos ayuda a minimizar el riesgo. Así que es natural que pensemos que es el momento de lanzarnos a por el décimo.
Los sociólogos reconocen que es un factor vital y a tener en cuenta. Ahora bien, debemos asumir que hay un cierto riesgo y que no podemos lanzarnos a comprar a diestro y siniestro. Hay que hacerlo moderadamente.