Hace unos años las aerolíneas intentaban agradar a algunos pasajeros con los llamados ‘up grades’, cambiar de categoría para intentar compensar molestias o, simplemente, porque así evitaban problemas a la hora de la facturación si había sobreventa. Sin embargo, esta práctica cada vez es menos habitual. Aun así todavía hay algunos resquicios para aprovecharse de ellas y lograr que nos metan en Business habiendo pagado la clase turista.
7Échale morro
Si eres de los que tiene encanto, aprovéchalo. Muchas veces en facturación no te hacen ni caso, pero con la tripulación de cabina la cosa cambia por completo. Una mirada, una sonrisa, una buena palabra en el momento adecuado puede servir para que haya un cambio de asiento cuando menos te lo esperes.
Ojo, esto no quiere decir que te pongas a ligar con la azafata o azafato de turno. Al revés. Es algo que no suele gustarles. De todos modos, nunca está de más pedirlo. Esto es más habitual en Estados Unidos. Allí suelen hacer lista de peticiones -generalmente para los miembros del club de fidelización- y van atendiendo en orden de llegada y categoría. Aquí en Europa es algo más complicado.