martes, 24 septiembre 2024

El mercado europeo de coches eléctricos alcanzará el 24% en 2025 con el apoyo de los fabricantes

La revolución de la movilidad eléctrica está en marcha y Europa se posiciona como uno de los mercados más prometedores para este tipo de vehículos. Según las últimas estimaciones de Transport & Environment (T&E), basadas en las ventas registradas durante el primer semestre del año, la cuota de vehículos eléctricos en el continente podría alcanzar hasta un 24% en 2025. Este dato refleja un crecimiento significativo en la adopción de esta tecnología, impulsado en gran medida por los esfuerzos de las automovilísticas para cumplir con las exigencias legislativas de la Unión Europea.

El panorama actual del sector automovilístico está experimentando una transformación sin precedentes. La prohibición de ventas de vehículos con motores de combustión en la Unión Europea a partir de 2035 ha acelerado los planes de las marcas para electrificar sus flotas. Este cambio no solo responde a las normativas, sino también a una creciente conciencia ambiental por parte de los consumidores y a los avances tecnológicos que hacen que los vehículos eléctricos sean cada vez más accesibles y eficientes.

El papel clave de los vehículos eléctricos en la reducción de emisiones

El escenario principal de T&E proyecta que los vehículos de batería serán fundamentales en la reducción de emisiones de dióxido de carbono. Se espera que estos contribuyan en un 60%, de media, a la disminución de emisiones que los fabricantes de automóviles deben alcanzar para cumplir con los objetivos europeos del próximo año. Esta cifra es realmente significativa y demuestra el potencial de la tecnología eléctrica para combatir el cambio climático.

Un factor clave que impulsará esta tendencia es la llegada al mercado de nuevos modelos totalmente eléctricos a precios más asequibles. Entre 2024 y 2025, se espera el lanzamiento de siete nuevos modelos con un precio inferior a 25.000 euros. Esta democratización de la movilidad eléctrica permitirá que un mayor número de consumidores puedan acceder a esta tecnología, acelerando así la transición hacia un parque automovilístico más limpio y sostenible.

La industria automotriz está realizando importantes inversiones en investigación y desarrollo para mejorar la autonomía de las baterías y la infraestructura de recarga. Estos avances son cruciales para superar las barreras que aún existen en la adopción masiva de vehículos eléctricos, como la ansiedad por la autonomía y la disponibilidad de puntos de recarga.

Estrategias de los fabricantes: entre la electrificación y los híbridos

Aunque los vehículos eléctricos puros están ganando terreno rápidamente, los fabricantes no están poniendo todos sus huevos en la misma cesta. Muchas marcas están apostando también por los vehículos híbridos como parte de su estrategia para reducir emisiones. Por ejemplo, se prevé que gigantes como Stellantis y Volkswagen recurran a los híbridos para reducir el 33% y el 30% de sus emisiones, respectivamente.

Esta estrategia dual no se limita a estas dos marcas. Mercedes-Benz y Renault también esperan que las ventas de híbridos contribuyan significativamente a la reducción de sus emisiones, con un 17% y un 15% respectivamente. BMW, por su parte, además de sus modelos totalmente eléctricos, confía en los híbridos enchufables para lograr un recorte del 18% en sus emisiones contaminantes.

Sin embargo, esta dependencia de los híbridos no está exenta de críticas. Isabell Büschel, directora de T&E en España, advierte que confiar en los híbridos, que están llegando al límite de su potencial de ahorro de dióxido de carbono, podría ser una estrategia miope tanto para el clima como para competir con los eléctricos de batería chinos. Esta observación subraya la importancia de que los fabricantes europeos aceleren su transición hacia vehículos totalmente eléctricos para mantener su competitividad en el mercado global.

Alianzas estratégicas: una opción para alcanzar los objetivos

En el competitivo mundo de la automoción, las alianzas estratégicas pueden jugar un papel crucial para que los fabricantes alcancen las cuotas de ventas exigidas por Bruselas. T&E señala la posibilidad de que se formen asociaciones entre diferentes marcas para cumplir con los objetivos de emisiones. Un ejemplo hipotético sería una alianza entre Volkswagen y Tesla, lo que permitiría a Volkswagen reducir la cuota necesaria de vehículos de batería en sus ventas del 22% al 17% para 2025.

Estas potenciales colaboraciones no se limitan a las grandes marcas. Ford, por ejemplo, podría beneficiarse significativamente de una alianza con Volvo, similar a la que realizó en 2021. En este escenario, Ford solo necesitaría que el 9% de sus ventas fueran de vehículos de batería, en lugar del 21% que se contempla actualmente. Estas estrategias de colaboración demuestran la flexibilidad y la innovación que las empresas están dispuestas a adoptar para mantenerse competitivas en un mercado en rápida evolución.

El futuro de la movilidad en Europa está claramente orientado hacia la electrificación, con un crecimiento sostenido en la adopción de vehículos eléctricos. Sin embargo, el camino hacia una flota totalmente eléctrica no está exento de desafíos. Los fabricantes deberán equilibrar cuidadosamente sus inversiones en tecnología eléctrica pura y soluciones híbridas, mientras se adaptan a las cambiantes demandas del mercado y las regulaciones cada vez más estrictas. El éxito en esta transición no solo determinará el futuro de las empresas automovilísticas, sino que también tendrá un impacto significativo en los esfuerzos de Europa para combatir el cambio climático y crear un futuro más sostenible para el transporte.


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