miércoles, 26 junio 2024

España en la mira del BCE: necesita mayor esfuerzo fiscal para afrontar retos a largo plazo

Las economías de los países de la zona euro se enfrentan a una serie de desafíos a largo plazo que generarán importantes presiones sobre sus cuentas públicas en las próximas décadas. Factores como el envejecimiento de la población, el cambio climático y el fin del dividendo de la paz se suman a los elevados niveles de deuda que ya afronta la región, obligando a los gobiernos a tomar medidas para garantizar la sostenibilidad fiscal.

Según un artículo publicado por el Banco Central Europeo (BCE), estos retos representarán una carga significativa para las finanzas públicas, con algunos países teniendo que realizar ajustes fiscales de hasta el 10% de su Producto Interior Bruto (PIB) para alcanzar una relación deuda pública/PIB del 60% de aquí a 2070. En el caso de España, este esfuerzo ascendería a alrededor del 8% del PIB, siendo el segundo mayor de la zona euro.

El Envejecimiento Demográfico, Una Pesada Carga Fiscal

El envejecimiento de la población se perfila como el principal desafío al que se enfrentarán los países de la zona euro en las próximas décadas. Según las estimaciones del BCE, este factor podría requerir un gasto adicional de hasta el 4% del PIB para algunos países y del 1,2% en promedio para la Eurozona.

Este aumento del gasto público estaría relacionado principalmente con el mayor coste de los sistemas de pensiones y de salud, a medida que la población envejece y la proporción de personas mayores crece en relación a la población activa. Algunos países se verán más afectados que otros, dependiendo de la evolución demográfica y de la solidez de sus sistemas de protección social.

Para hacer frente a este reto, los gobiernos deberán implementar reformas que garanticen la sostenibilidad a largo plazo de sus sistemas de pensiones y de salud, así como medidas que fomenten el envejecimiento activo y la prolongación de la vida laboral. Además, será necesario reforzar las políticas de inmigración y de apoyo a las familias para mantener una pirámide poblacional equilibrada.

El Cambio Climático y Sus Implicaciones Fiscales

Otro de los grandes desafíos a los que se enfrenta la zona euro es el cambio climático. Según las estimaciones del BCE, en un escenario de «cero emisiones netas para 2050» que limite el calentamiento global a 1,5°C, los costes promedio a nivel de la Eurozona podrían ascender al 1,1% del PIB.

Estos costes estarían relacionados con la necesidad de realizar importantes inversiones en transición energética, adaptación de infraestructuras y mitigación de los impactos del cambio climático. Además, habría que tener en cuenta los posibles efectos negativos sobre la actividad económica y los ingresos públicos, así como los costes sociales y sanitarios derivados de los fenómenos climáticos extremos.

Para afrontar este reto, los gobiernos deberán impulsar políticas fiscales y regulatorias que incentiven la descarbonización de la economía, la eficiencia energética y la adaptación al cambio climático. Asimismo, será crucial movilizar fondos públicos y privados para financiar las inversiones necesarias, así como desarrollar mecanismos que protejan a los sectores y grupos más vulnerables.

El Fin del Dividendo de la Paz y Sus Implicaciones Fiscales

Además del envejecimiento demográfico y el cambio climático, la zona euro también deberá hacer frente al fin del dividendo de la paz, es decir, el aumento del gasto en defensa como consecuencia de la creciente inestabilidad geopolítica y los conflictos armados.

Según las estimaciones del BCE, cuatro de los Estados miembros de la Alianza Atlántica en la zona euro ya cumplen con el objetivo de la OTAN de destinar el 2% del PIB al gasto en defensa, mientras que los otros 12 países se enfrentan a cargas adicionales de hasta el 1% del PIB. A nivel de la Eurozona, esto supondría una carga promedio del 0,5% del PIB.

Para hacer frente a este reto, los gobiernos deberán impulsar una mayor coordinación y cooperación en materia de defensa y seguridad a nivel europeo, con el fin de optimizar los recursos y evitar duplicidades. Además, será necesario realizar reformas estructurales en los sistemas de defensa, incluyendo la modernización de los equipos y la profesionalización de las Fuerzas Armadas.


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