viernes, 28 junio 2024

Freno al avance del vehículo eléctrico: Un tercio de la UE carece de incentivos fiscales para los comerciales eléctricos

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La industria automotriz en Europa se enfrenta a un desafío importante en la transición hacia la movilidad eléctrica. Si bien algunos países de la Unión Europea (UE) han implementado incentivos para fomentar la adopción de vehículos eléctricos comerciales, otros aún se encuentran rezagados en este ámbito.

En este artículo, analizaremos la situación actual de los incentivos en la UE para la compra y la instalación de infraestructura de recarga de vehículos eléctricos comerciales, así como las implicaciones para los fabricantes y los operadores de transporte.

Panorama de los Incentivos en la UE

Alrededor de un tercio de los Estados miembros de la Unión Europea (UE) no ofrece ningún incentivo a la compra de vehículos comerciales eléctricos –puros e híbridos enchufables– y únicamente seis países ofrecen incentivos para la instalación de la infraestructura de recarga, según el último informe de la Asociación Europea de Fabricantes de Vehículos (ACEA).

Esta situación plantea un desafío importante para los fabricantes y los operadores de transporte que buscan impulsar la adopción de tecnologías de cero emisiones. Sin incentivos, el costo total de propiedad de estos vehículos eléctricos puede ser un obstáculo significativo para su implementación a gran escala.

Países como Estonia, Hungría, Países Bajos y el Reino Unido se destacan por no ofrecer beneficios tributarios en este sector, lo que dificulta la renovación del parque público de vehículos comerciales. Incluso en Noruega, donde el mercado de vehículos eléctricos en general ha experimentado un crecimiento notable, no existen incentivos para la compra ni para la instalación de infraestructura de vehículos eléctricos comerciales.

Iniciativas Destacadas en España

En el caso de España, el Gobierno ha implementado el programa Moves III, que ofrece ayudas a la compra de vehículos eléctricos enchufables y de pila de combustible, desde turismos hasta furgonetas o motos. Estas ayudas pueden llegar hasta los 7.000 euros (9.000 con achatarramiento) en el caso de vehículos comerciales de hasta 3.500 kg y hasta los 4.500 euros (7.000 con achatarramiento) en el caso de turismos.

Estas iniciativas son fundamentales para acelerar la renovación de la flota, respaldar las inversiones y optimizar el costo total de propiedad de los vehículos eléctricos comerciales. Según el director de vehículos comerciales de ACEA, Thomas Fabian, «es esencial contar con un argumento comercial sólido para que los operadores de transporte opten por camiones y autobuses con cero emisiones«.

El Papel de los Fabricantes y las Administraciones Públicas

La transición hacia la movilidad eléctrica en el sector comercial requiere de un esfuerzo conjunto entre los fabricantes y las administraciones públicas. Mientras que los fabricantes deben desarrollar tecnologías cada vez más eficientes y asequibles, las administraciones públicas juegan un papel crucial al implementar políticas y ofrecer incentivos que faciliten la adopción de estos vehículos eléctricos.

Una mayor implicación de las administraciones públicas en la renovación del parque público de vehículos comerciales sería un paso importante para impulsar la transición hacia una movilidad más sostenible. Además, la armonización de los incentivos a nivel europeo podría ayudar a nivelar el campo de juego y acelerar la adopción de vehículos eléctricos comerciales en toda la Unión Europea.

El panorama de los incentivos para vehículos eléctricos comerciales en la UE es heterogéneo, con algunos países liderando la transición y otros aún rezagados. Para lograr una movilidad comercial más sostenible, se requiere una mayor colaboración entre los fabricantes, los operadores de transporte y las administraciones públicas, así como la implementación de políticas y programas de incentivos más coherentes a nivel europeo.


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