El mundo se asoma a una inundación de crudo que ahogará los precios y el negocio del ‘fracking’

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) sigue empecinada en su visión de una potente demanda de crudo durante la segunda mitad del año, lo que, según Bloomberg, ha llevado al grupo a preparar la «reactivación del suministro». En contraste, el resto del mundo, es decir, los compradores, prevé un desborde récord de la oferta y un hundimiento de los precios que pondrá en jaque al negocio de extracción de petróleo de esquisto (fracking).

En concreto, el informe mensual del cártel petrolero dibuja un aumento interanual de 2,3 millones de barriles diarios en el segundo semestre, unos 150.000 más que durante el primero. La demanda de crudo será propulsada, según esta predicción, por el continuo crecimiento económico de China y otras economías emergentes.

La OPEP+ (formada por la OPEP y su ‘círculo externo’ de socios, entre ellos Rusia) dio a conocer a principios de este mes un plan para girar el timón y restaurar gradualmente dos millones de barriles por día de producción a partir de octubre. Los precios inicialmente se desplomaron en la decisión, pero recuperaron las pérdidas cuando la organización matizó que el aumento podría posponerse o suspenderse.

LA ESTRATEGIA DE LA OPEP SE BASA EN una predicción de demanda mucho más optimista que la del resto de actores del mercado

Los datos de la OPEP indican que el grupo y sus aliados deberían poder gestionar fácilmente el reinicio de la oferta de crudo sin desestabilizar los mercados mundiales ni provocar la acumulación de inventarios. El cártel proyecta que la alianza OPEP+, formada por 22 estados, tendrá que proporcionar 43,6 millones de barriles al día en el tercer trimestre; es decir, alrededor de 2,7 millones al día más de los que bombearon el mes pasado.

Estas estimaciones, sin embargo, están basadas en una predicción de demanda mucho más optimista que la del resto de actores del mercado. La OPEP pronostica que el consumo mundial aumentará en 2,2 millones de barriles diarios este año, casi un 50% más que la tasa prevista hace unos meses por Aramco, la compañía petrolera estatal de Arabia Saudita. La organización espera que la demanda promedie 104,5 millones de barriles diarios en 2024.

Hay que recordar que la estimación del cártel para el consumo mundial de petróleo en el primer trimestre se disparó en 2,3 millones de barriles diarios, una cantidad que más que duplicaba el aumento observado por la Agencia Internacional de Energía (AIE), organismo asesor adscrito a la OCDE.

El año pasado, los datos de la OPEP apuntaban a una contracción récord del inventario de más de tres millones de barriles diarios en el cuarto trimestre. En cambio, los precios del crudo cayeron un 19% y la alianza se vio obligada a anunciar recortes de producción más profundos para apuntalar el mercado. 

UN ‘TSUNAMI’ DE CRUDO

Sea o no esta postura parte de una estrategia premeditada para proteger los intereses de la OPEP frente a la competencia de los productores externos al cártel, lo cierto es que la AIE cree que éstos tienen motivos para preocuparse.

Según la agencia, el mercado petrolero mundial se encamina hacia un exceso de la capacidad de oferta de crudo que para 2030 podría alcanzar niveles no vistos desde los confinamientos por la pandemia de Covid-19. Esta situación puede alterar la estrategia de control de precios de la OPEP+ y llevar a un desplome de los precios que pondría en dificultades a la industria estadounidense del esquisto.

En su último informe sobre perspectivas para el mercado del crudo, la organización con sede en París anticipa que el crecimiento de la demanda mundial se desacelere en los próximos años a medida que avancen las transiciones energéticas, mientras que, en contraste, la producción mundial aumentará, aliviando las tensiones del mercado e impulsando el exceso de capacidad «hacia niveles no vistos fuera de la crisis del Covid».

Fatih Birol director general de la Agencia Internacional de la Energía
Fatih Birol, director general de la Agencia Internacional de la Energía (AIE)

De tal modo, si bien la fuerte demanda de las economías emergentes y en desarrollo de Asia, así como por parte de los sectores de aviación y petroquímicos, impulsará un mayor uso de crudo en los próximos años, la AIE espera que dichos avances se verán cada vez más contrarrestados por multitud de factores.

En general, estos contrapesos a la demanda asiática están relacionados con la transición energética y la descarbonización, como el aumento de las ventas de automóviles eléctricos, las mejoras en la eficiencia del combustible y el menor uso de petróleo para la generación de electricidad en Oriente Próximo, además de cambios económicos estructurales.

Como resultado, la agencia adscrita a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pronostica que la demanda mundial de petróleo, que incluidos los biocombustibles promedió poco más de 102 millones de barriles por día (mb/d) en 2023, «se estabilizará cerca de 106 millones de barriles de crudo por día hacia finales de esta década», con una previsión de consumo mundial de 105,4 mb/d.

Paralelamente, la AIE proyecta un aumento en la capacidad mundial de producción de petróleo, liderado por los Estados Unidos y otros productores americanos, que superará el ritmo de crecimiento de la demanda hasta 2030.

«EL AUMENTO DE LA OFERTA HASTA LOS 114 MILLONES DE BARRILES POR DÍA daría como resultado niveles de capacidad excedente nunca vistos antes, excepto en el punto álgido de la Covid-19 en 2020»

AIE

De este modo, se espera que la capacidad de oferta total de crudo aumentará hasta los 113,8 mb/d para 2030, lo que supondría «la asombrosa cifra de 8 mb/d por encima de la demanda mundial proyectada», según advierte la AIE en su informe.

«Esto daría como resultado niveles de capacidad excedente nunca vistos antes, excepto en el punto álgido de los confinamientos por la Covid-19 en 2020», señala. En este sentido, la agencia avisa de que tales niveles de capacidad sobrante podrían tener consecuencias significativas para los mercados de crudo, incluidas las economías productoras de la OPEP, pero también para la industria de extracción de esquisto (fracking) de EEUU.

«Un entorno de precios más bajos en última instancia desafiaría a la industria del esquisto estadounidense, tradicionalmente la que responde más rápidamente a las circunstancias cambiantes del mercado de crudo», señala la AIE, que sostiene que la forma en que la industria se adapte y ajuste al nuevo panorama de suministro tendrá consecuencias de amplio alcance para los productores y consumidores a nivel mundial durante el resto de la década y más allá.

ASIA SIGUE HAMBRIENTA DE PETRÓLEO

«Las proyecciones de este informe, basadas en los últimos datos, muestran un importante excedente de oferta de crudo […] lo que sugiere que las compañías petroleras tal vez quieran asegurarse de que sus estrategias y planes comerciales estén preparados para los cambios que se están produciendo», ha apuntado durante la presentación del informe el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.

Por otro lado, los vaticinios de la agencia sostienen que, a pesar de la desaceleración del crecimiento, la demanda mundial de petróleo será 3,2 millones de barriles por día más alta en 2030 que en 2023, a menos que se implementen políticas más estrictas o se consoliden cambios de comportamiento y hábitos.

A este respecto, el informe apunta que este aumento del consumo será impulsado por las economías emergentes de Asia, especialmente por el mayor uso de petróleo para el transporte en la India, y por un mayor uso de combustible para aviones y materias primas de la floreciente industria petroquímica, especialmente en China.

Por el contrario, se espera que la demanda de petróleo en las economías avanzadas continúe su descenso de las últimas décadas, cayendo desde unos 46 millones de barriles por día en 2023 a menos de 43 millones de barriles por día en 2030. «Aparte de la pandemia, la última vez que la demanda de crudo de las economías avanzadas era tan baja fue en 1991», destaca la agencia internacional.